miércoles, 22 de febrero de 2012




1: No deberíamos habernos metido en ese embrolladero de Arcontes. Las cajas en donde clasificar lo intensivo pueden, a cada momento, caer desmontadas, fundirse laxas como un queso de dibujos animados. La computadora palmó. Me dicen que el problema ahora es la placa madre.

2: ¿Qué es la placa madre? ¿No estaremos metidos en el mundo egipcio? Yo sí estoy en La Disputa sobre el Suicidio: "La muerte se me presenta hoy como la curación a un enfermo...como perfume de mirra...como aroma de flores de loto...como el olor  (de los campos ) después de la lluvia". Desde temprano está sonando la música en la casa de un vecino, y la identifico con la placa madre. Me siento muy congestionado, demasiado congestionado. Anoche, el Sueño me trajo el supuesto grito de un supuesto pájaro que se había metido dentro de la casa. Estoy soñando raro, y estoy viviendo raro.

3: Me quedé dormido y fué automáticamente sumergirme en lo egipcio de una placa madre (o una cloaca madre que los egipcios con su magia hubieran construído?) En el sueño, túneles iluminados temblorosamente por el fuego, la insistencia, manifestada en la emanación plástica de una palabra: Caribdis.

4: La placa madre, ahora lo comprendo, es más de lo que creiámos. Tiene unas modalidades demasiado siniestras. Se puede meter, como los arcontes, dentro de uno y, como las rojas azaleas de las que hablaba el poeta Julián del Casal, engendrar la locura en el cerebro. Lo que estoy diciendo es literatura, no deja de ser literatura, pero tengo miedo. Mis sueños me están avisando que no me meta en camisas de once varas.
 P.D No hay que ser literatoso. Recuerdo lo que decía Lezama: nos pasamos la vida hipostasiando.

5: ¿Te acuerdas del nombre de un Director del que hablábamos? Ese Director me alucina. ¿Me puedes decir su nombre, aquel que estaba escrito en la etiqueta de una de las cajas aparecidas? En un sueño, esta mañana, estoy siendo un personaje de este Director. Está lo blanco y lo frío. Hay una joven pareja que pueden estar enamorados. Cae, sobre mi, una lechada de alucinación. ¿Te acordarás del nombre del Director? P.D: En una película de este Director, había un personaje con un sombrero enorme, un sombrero que pudiera soñarse como cubriéndolo todo. ¿Yo pudiera ser feliz en el Infierno, cuando los arcontes me acaben de mudar a ese lugar?

0: Hoy es la caída de la tarde. Y, diríamos que se pudiera transmutar, la caída de la tarde, en ascéptica extensión de un espejo (¿hay algún dibujo?).
¿Y todo esto, proustianamente hablando, transformarse pudiera en lo espeso de tarde inmóvil? ¿Transformar eso espeso inmóvil en gota? Eso, espeso inmóvil cayó, una vez, sobre la vidriera de la botica de mi padre, en Jagúey Grande.

Sencillamente, sino puedo hacer otra cosa,  lo que me propongo es una contemplación donde todo se mezclara.

 23 de Enero. 2012.-



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